Caminos de paz por el bien común

Nuestra esencia nace de un sentir amoroso, una escucha activa y un hacer ético fundamentados en la Cultura de Paz.

Apostamos por

la construcción

colaborativa

Para nosotras la colaboración es la base que crea la vida, que sustenta los proyectos vivos y acuerdos sanos en un camino horizontal, frente al modelo de competición e individualismo imperante en nuestra sociedad. Creemos que las personas y organizaciones estamos interconectadas y alcanzamos nuestro máximo potencial cuando caminamos juntas y en colectivo.

Desde una mirada ampliada

Nos acercamos a los procesos y proyectos desde un enfoque sistémico en el que abrazamos el todo para que nada se quede fuera. Creamos rutas incluyentes en donde todas las personas quepamos y tengamos nuestro lugar para poder ser y aportar desde nuestras características individuales.

Soñamos con un mundo igualitario entre sexos, en el que quepan todas las infancias, las personas con discapacidad, las personas de la diversidad sexual y por supuesto esté en armonía con la madre naturaleza.

Con orientación

transformadora

Impulsamos la transformación personal y colectiva con conciencia ética, tratando de que los obstáculos sean la motivación para cambios constructivos y  para la co-creación de soluciones generativas. Nos abrimos al proceso, al intercambio de ingredientes, información y sentires, que introducimos en el caldero de herramientas para crear un ambiente cálido, de confianza, donde se generan nuevas propuestas insospechadas, en lo que llamamos alquimia social.

En comunidad

Entendemos que los cambios en el mundo no vienen sólo de políticas que favorezcan el bienestar, sino de cómo nos relacionamos y nos cuidamos entre nosotras y con la naturaleza. La comunidad se cultiva entre personas que se sienten reconocidas, escuchadas y valoradas; la comunidad florece entre personas que pueden dar y recibir sin ser juzgadas; la comunidad se construye entre personas que obtienen sustento y fuerza de los intercambios mutuos.

Mediante conversaciones

Abrazamos el diálogo como la raíz de nuestra comunicación que nutre los frutos de la reciprocidad y la solidaridad.

Acogemos el encuentro desde una escucha profunda, conectada al corazón común de la vida que nos une, y desde una escucha abierta que acoge la diversidad de narrativas, sentires, sabidurías e interpretaciones sobre la propia vida que nos convoca.