Llegamos a Yucatán el 20 de mayo de 2013, dispuestos a poner a prueba nuestra tolerancia al calor infernal característico de la época. Y es que nos dijimos: «¡si aguantamos esto, nos quedamos a vivir aquí!» Y dicho y hecho, ya llevamos diez meses y nos sentimos como en casa.
Yucatán es mucho más que cenotes, vaquerías y cochinita pibil. Yucatán son sus gentes, tanto su pueblo originario (mayas) y yucatecos, como un sin fin de migrantes que atraídos por la buena calidad de vida de este lugar, hemos venido a vivir y a crear en esta tierra.
Hay quienes dicen que Yucatán es el estado en el que nunca pasa nada, nosotros les decimos que pasa mucho, aunque a veces pase desapercibido. La vida aquí ocurre de puertas para adentro, como cuando una pasea entre calles por el centro de Mérida, ignorando la apabullante vida que sucede tras los muros de las robustas y escuetas fachadas de las casas.
En los pocos meses que llevamos hemos conocido decenas de iniciativas de personas y colectivos activos y creativos, gentes que no se conforman con el estilo de vida estandarizado de «me dejo la piel y el alma trabajando para otros día y noche a cambio de sentir más de cerca al nuevo dios don Dinero», y que apuestan por crear y ser el cambio que quieren ver en el mundo. Son personas que están construyendo pasito a pasito ese «otro mundo posible» donde quepamos todas y todos. Hablamos de organizaciones defensoras de los derechos humanos, de colectivos que trabajan por revitalizar la cultura maya, de iniciativas ciudadanas de economías alternativas, de colectivos artísticos para la transformación social, diversos espacios y enfoques que abordan una vida más espiritual, de colectivos ecologistas, promotores de la agricultura ecológica, de defensoras de animales, de espacios educativos alternativos…y todas y todos los que aún nos quedan por conocer.
En este espacio vamos a ir visitando y conociendo un poco más a quienes habitamos este rincón del planeta. Nos parece que es una buena forma de seguir conociendo a nuestros nuevos vecinos y quien sabe lo que vaya a salir de este trabajo colaborativo. Lo importante es caminar junt@s.
Yo llegué aquí un 2 de junio de 2013 y comparto el sentir…; ¡gracias!
¡Ups!; 2 de julio; pero el sentir es el mismo 🙂